martes, 25 de julio de 2017

Novela con mi Venezolanesa y Canela Pasión :)




— ¿No creen que estamos muy ermitañas sin salir?— Preguntó la morena sin despegar la vista de su celular.
— ¿Pero que podemos hacer? No hay mucho — Declaró la rubia mirando a sus dos amigas, la misma se encontraba de cabeza en el sofá. Cambiaba los canales de televisión, sin dejar uno.
— Da igual. Es verano, me puedo quedar leyendo todo el santo día— Dice la castaña y levantó por primera vez la vista de su libro. La puerta de madera resonó por todo el lugar, dando golpes fuertes. Ninguna de las chicas dejaba de lado lo que estaban haciendo. La puerta volvió a sonar, pero esta vez con un fuerte estruendo. Efectivamente, le dieron una patada.

«Pero que persistentes».

— Sara, anda tu— Le dijo la morena, no despegaba la vista de su celular.
— ¿Per..?— La queja de la rubia, desapareció. La castaña que leía "Hush, Hush" por enésima vez, no le dejo terminar la frase.
— Sin peros, anda. No haces nada allí sentada— Una mirada asesina, se reflejaba en los ojos mieles de la castaña.
— Si nada, es cambiar los canales, entonces estás en lo correcto— La rubia esbozó una sonrisa, había ganado. La chica morena, sin más remedio tiró su celular a un lado, y se levantó para abrir la puerta. Si no era ella, era la puerta, la iban a romper.
La morena pensó: «Sin duda, el que esta tocando la puerta me las pagara» La llave se adentró en la perilla de la puerta, de la misma salieron cinco chicos.
— ¿Quiénes son?— Preguntó la morena, mientras enarcaba una ceja.
— ¿Ladrones?— La castaña solo pudo pensar en aquello.
— ¿¡ZOMBIES!?— Gritó la rubia, al ver su ropa rasgada y sucia. Lo más irónico es que ella era la mayor, y tenía la mente más infantil.
— Somos— Se debatían entre decir la verdad, o mentir. Optaron por la primera. — One Direction— Esbozaron una risita, al ver la cara de estupefacción de las chicas. Las mismas tragaron fuerte.
La rubia y la morena recordaban hace muchos años su gran encuentro con la chica de ojos claros. Ellas amaban leer, a los 14 años de edad se encontraron. Eran amigas, grandes amigas en línea. Hasta que cumplieron sus 18 años de edad. Las dos venezolanas se fueron a Argentina, de allí partieron a España. Allá emprendieron sus estudios, descubrieron su talento, y ahora están graduadas. Pero sin duda alguna, el día en el que se conocieron jamás lo van a olvidar, y todo fue por esos cinco hermosos chicos, ellos las mataban con sus locuras, sus sonrisas, sus bailes raros. Pero ellas crecieron, y poco a poco, los fueron olvidando. Así era la vida. Gracias a ellos, tienen la hermosa hermandad que conservaron durante años.
Las pobres chicas tenían pensamientos revueltos. Hasta que cayeron en la cuenta que veían todo negro, sin ningún camino, y un fuerte golpe producido por las tres chicas al compactar con el suelo. Aquellos chicos, se quedaron sorprendidos ante la reacción de las tres chicas que estaban ante ellos. Sin embargo, se miraron en vez de ir a ayudarlas.
— Todo es culpa tuya, Niall. Tu feo aliento por los aritos de cebolla les llego hasta el alma.- Escupió Louis, mirando al rubio.
— ¿¡Mi culpa?! Disculpa, pero yo no soy el que no usa medias y usa solo dos calzones por gira— Se defiende el rubio ofendido.
— ¡Oigan, dejen de pelear. Ayudemos a estás chicas!— Exigió Liam.
— ¿Por qué? ¡nosotros no hicimos nada, ellas solas se cayeron!— Suspiró con cansancio un moreno.
— A lo mejor tenían sueño— El ruloso se encogió de hombros.
— ¡No seas pendejo!— Hablaron al unísono. Harry los miró mal y fueron entre todos a ver a las chicas.
Zayn fue el encargado de subir a la castaña de piel morena hasta uno de los cuartos. La cargó de tal manera, que la cintura de la morena quedó en su hombro, sus brazos extendido al suelo al igual que su cabeza, y sus piernas colgando de él.

«Mierda, ¡qué culo!» Pensó el moreno.

Louis llevo a la rubia hasta el primer cuarto que encontró en la planta alta, que casualmente era el de la chica que cargaba alrededor de su cintura. La mayor de la tres chicas; Sara. Antes de llegar al cuarto la fina tela de la camisa de la rubia, se le subió.

«Abdomen, ese abdomen. ¡Es hermosa!» Pensó Louis.

Finalmente, Harry ofendido tomó a la castaña restante y la llevó al cuarto que parecía ser de ella, ubicado arriba también. Mientras que esté le resultó más cómodo cargarla estilo princesa.
«Esos labios carnosos... Los besaría en este mismo instante, lo juro.» Piensa Harry para sus adentros.
Al depositarla en la cama, sus largas piernas tropezaron con su parte. Se retorció.
El rubio se quedo abajo viendo televisión, con el castaño. Mientras que los otros tres se debatían en ver quiénes eran esas tres chicas.
El primero en decidirse fue Harry, después de bajarle el dolor que le causo la castaña. Estaba abrumado por la belleza de la chica. Sin pensarlo acarició su mejilla, y esta por su parte sonrió, una sonrisa inconsciente, pero que sin duda a Harry lo hizo decidirse y abrir su armario. En este encontró una pequeña caja en el lugar mas recóndito de el armario color rosa. El chico sacudió un poco la caja, para luego limpiar el polvo que de ella provenía. Cuando terminó de limpiarlo tenía unas letras, decía: "Mis recuerdos más hermosos". Sin dudar, lo abrió. Entre ellas había una fotografía de ella con sus padres. Pero más abajo, en lo más recóndito de la caja se encontraba una fotografía de un concierto. Volteó la imagen que habitaba en sus manos. "Primer concierto", decía en aquel papel, que significaba demasiado para ella. Al final había una foto de él, decía:  "Mi debilidad, Hesc". El se sonrojo inevitablemente.
A cinco pasos de aquella habitación. Se encontraba un moreno debatiéndose a sí mismo si abrir el cajón con llave.

«No, y si hay algo vergonzoso» Pensó aquel chico. «Pero y si hay algo que me sirva a saber quien es esta chica». Dudó, pero la abrió, en ella se encontraba una foto con aquella chica rubia. Decía: "Hermanas Perdomo Villalobos".
«Sin duda ellas no son de aquí» Pensó el moreno. Abajo de aquella foto había una carta.
La leyó en su mente, decía:

"Zayn, a pesar de que todas mis cartas, mis tweets, mis peticiones de que vengas a mi país, jamás serán de tu interés. No olvides que a pesar de que te olvidé, no dejaré de ser Directioner. Quizá sea confuso, pero... Para que escribo esto, ¿Siquiera la enviare?. No. nunca la leerá. En fin, no enviaré la carta, esta es la última que escribiré y se quedara conmigo. Te amo ZJMA:3."
Selló la carta con una marca de labial rojo, de sus hermosos labios.
En otro lugar. No tan recóndito de aquellos dos. Quedaba de frente ante ellos. Se encontraba, Louis Tomlinson. Aquel chico que a Sara le encantaba. Su mirada, su voz y sus ojos. Sus hermosos ojos azules, la partían en pedazitos. Igual que su corazón se partió sin que el lo supiera un Diciembre, el 24 para ser mas específicos. Leyó la rubia una noticia "Tomlinson se casara con Calder". Se le partió hasta el alma. Cuando Louis al fin se decidió de abrir tan recóndito lugar. En el baño, si en el baño. Había una bolsa muy grande. "Recuerdos de mi vida". El chico la abrió y lo primero que vio fue esa noticia, la cual dejo con lágrimas a la chica rubia. Pero con la sorpresa de que ya no estaba el apellido "Calder" se encontraba el "Villalobos".
— ¿Me amaba?— Susurró Louis. Pero la rubia se encontraba en la puerta del baño. Sin percatarse de aquello el siguió buscando y encontró un enorme afiche de el. Lo saco y en su camisa de encontraba "Propiedad de Sara Villalobos". El esbozo una sonrisa.
— ¿Te gusta husmear, no?— Se sobresaltó cuando encontró a la rubia parada en el umbral de la puerta.
— Ahm, yo...— Respondió Louis nervioso soltando el afiche.
— No te preocupes, es pasado. En la semana iba a tirar esto. Ocupa espacio valioso en mi armario— Soltó la rubia seriamente, con una mirada fría.
— Nunca pensé que...— Señaló la bolsa, sin palabras —Yo te... gustaba... Nunca lo iba a imaginar— Quedó atónito.
— Pues yo tampoco. Pero cuando te vi, cambié totalmente de opinión. Fue en fotografía, pero el amor lo sientes sea como sea. Por teléfono, computadora, televisión... Que más da— Se dio la vuelta, y salió del baño.
— Uhm.. Concuerdo— Ella se sentó en la punta de la cama, tomando agua de un pequeño pote. — ¿Cuándo despertaste? Pensé que estabas dormida. -Comentó después de un rato.
— Y lo estaba. Pero a diferencia de Fatt y Ellie, yo siempre despertaba temprano. Por eso, despierto fácil. Aparte, mi sueño no es tan pesado. A diferencia de, otra vez, Fatt y Ellie—Concluyó la rubia —¿Dónde están?— Preguntó.
— En los demás cuartos. Con Zayn y Harry.
— Gracias— Con una última mirada salió de ahí, entrando al cuarto paralelo al de ella. Encontrando a una dormida castaña, y un ruloso husmeando en sus cosas. —¿Es que acaso todos husmean en lo ajeno?.
— ¿Eh?—El ruloso volteó —Ah... Yo... Eh— Sus palabras se esfumaron, al ver a la rubia frente a sus ojos.
— No importa. Supongo que ustedes trataban de saber nuestras identidades. —Él asintió.
— Si —Ella tomó aire, soltándolo fácil y rápido. Se acercó a la cama, y empezó a mover a la castaña.
— Fatt... Fatt... Fatt... FATT... ¡Despierta, Fátima!— En tanto decía ésto, la batuqueaba. Estuvo así un rato, hasta que la castaña empezó a abrir sus ojos.
— ¿¡QUE MIERDA TE PASA!? HEY, ME CORTASTE EL SEXY SUEÑO CON ZAC EFR...—Dejó de gritar al ver al ruloso mirando atentamente a la castaña —¿Que...?— Dijo confundida.
Como un flash, las imágenes, los recuerdos, todo volvió a su mente. Sus manos comenzaron a sudar, y Sara susurró algo en su oído que la exaltó. — ¿¡Estabas mirando mis cosas?!— Se levantó histérica de su cama de dos piezas, y se acerco al ruloso. Este levantó sus manos en defensa, y Sara se fue hacia el cuarto de su mejor amiga, dejando solos al ojiverde y a la castaña.
— Yo solo...— Dijo Harry tratando de explicarle.
— ¿¡Que fue lo que viste de aquí?!— Vio que Harry tenía la foto de él mismo detrás de su espalda —¿Tu has...?— Dijo ahora asustada.
— Lo siento, pero necesitaba saber quien eras...
— ¿Y revisando mis cosas ibas a saber siquiera mi nombre?— Dijo ella dudosa, quitándole la foto de la espalda.
— Tal vez tenías una foto que te dedico tu novio con tu nombre— Dijo tratando de averiguar si la castaña tenía novio.
— Uno, nunca me han dedicado una fotografía. Dos, no tengo novio— Harry sonrió internamente. —Y sobre esto...—Le mostró su foto —No ha sucedido nada— En sus ojos se notaba molestia.
— Si que ha sucedido. Solo quiero que me digas porque guardaste todas las cosas aquí si eres fan— Ella gruñó.
— Porque ya no soy fan, Harold.— Dijo la castaña. —Fue una etapa que acabo. Ya soy grande, me gradué, fin de todo. No tenia tiempo para ser fan de alguien que nunca me iba a conocer. Y menos de estar enamorada de alguien que nunca me abrazo, al menos. Pero déjalo, tu no lo entenderías— Dijo tirando la foto en la caja, y la cerró. De ese modo también se fue al cuarto de Sara, dejando a Harry solo.
— ¿Me dijo Harold? ¡Auch!— Se dijo a sí mismo.


— ¿¡Acaso todos son así?!— Dijo Sara entrando al cuarto de su mejor amiga, Ellie, y viendo como el moreno revisaba hasta el fondo del armario.
— Uh, yo... Yo— Se pasó la mano por su cabellera negra.
— No digas nada— Dijo la rubia —PERDOMO, SI NO TE LEVANTAS TE VOY A PATEAR EL CULO— Puso un chocolate para que lo oliera y se despertó de sopetón.
— ¿¡Que estaba haciendo qué!?— Dijo mientras su rubia mejor amiga, se separaba de su oído.
—Yo.. No fue intencional— Se excusó.
— Joder, deja eso— Agarró la carta, que el conservaba en su mano. Cuando la castaña se descuido, el moreno guardo la foto en su bolsillo, donde estaban ella y su mejor amiga.
— Lo siento— La castaña lo miro mal, y se fue a donde se encontraban sus mejores amigas.
Los tres chicos salían de las habitaciones, con sus pensamientos revueltos.
— ¿Que fue aquello?— Dijeron los tres al unísono. Los tres chicos bajaron, y los tres estaban fundidos en sus pensamientos.
— Lo siento— La castaña lo miro mal, y se fue a donde se encontraban sus mejores amigas.
— Ah, no— Suspiró la morena, con aún, mucho sueño. Ellas bajaron las escaleras encontrando al rubio y el castaño en el sofá, donde antes estaban ellas. —Mi celular— Exigió.
— Ten. Tienes 24 whatsapp, 30 facebook, 4 pin, y 8 twitter— Le informó mientras se lo extendía.
— Gracias— Ella tomó su celular, y lo guardó.
— ¿Qué hacen aquí?— Preguntó la castaña, cuando ya los cinco estaban frente a ellas, como en un interrogatorio.
— Estábamos siendo perseguidos por fans.— Hablaron todos al mismo tiempo, pero fue entendible.
— ¿Qué hacen en España?— Interrogó la morena.
— Sí, eso— Dijo la rubia sin saber mucho inglés.
— Estábamos de vacaciones por que recién acabamos una gira muy larga— Contestó el castaño, llamado Liam.
— Y decidieron España, que hasta donde recuerdo, sólo Niall sabe español— Reprochó la castaña.
— De hecho, si sabemos— Contestó en español el ojiverde.
— Uh, perfecto— Dijo la rubia —¿Por qué no el pen-house de enfrente?.
— Era un tipo muy grande y rudo— Contestó el rubio, con una cara como si hubiera visto el diablo.
— Claro que no, es cool— Contestó la morena, dejándolos sin justificación —Gallinas.
— Claro, claro— Declaró el moreno.
— Ese no es el punto. ¿Cuándo piensan irse? Aparte, ¿por qué no corrieron hasta llegar a su hotel?— Cuestionó la castaña aún seria.
—Muy lejos.
—Son unos vagos.-Dijo Ellie, seria. La rubia y la castaña la miraron con la peor cara, al escuchar eso de su boca.
— No seas cara rota que vos sos la reina de las vagas, boluda.-Dijo Fátima en español, llamándole la atención a Harry.
— No me vengas con idioma argentinazo que no entiendo ni pedos, wey— Respondió Ellie, mostrando la mano a la argentina. Zayn alzó las cejas, escuchando como era la pronunciación de la morena.
— ¡Hey! Dejen de pelear, Paz, paz—Ambas miraron a Sara, y luego entre ellas —¿Me van a golpear, no?— Ambas asintieron, y le dieron un golpe a la rubia, quien casualmente esta en el medio de la argentina y la morena.
Louis soltó una risa al oír el español de la rubia, que se sobaba su brazo.
— No da risa— Le dijo la rubia.
— ¿Sabes?— Ella negó con la cabeza —Haríamos una buena combinación, así como.. — Se quedó pensando —El chocolate y la vainilla— La rubia se paso la lengua por los labios.
—¿Que dijo...?— Pregunta la rubia.
— NADA— Todos gritaron al unísono.
— Cobardes— Les dijo la rubia.
— ¿Les importa si las invitamos a un helado?— Dijo el ojiverde.
— Uh, chicos me tengo que ir— Dijo el rubio guardando su teléfono —Lissie me llamo— Los chicos se quedaron confundidos —Una hermosa chica que conocí acá— Sonrió, su cálida y hermosa sonrisa, hizo que a las chicas les saliera una sonrisa curvada.
— Y yo... Bueno tengo que ir con... Por ahí— Dijo Liam, salió como si de un relámpago se tratara.
— Pff.... Y después dicen que yo soy rara— Trató de aligerar la castaña el tenso ambiente que fácilmente lo podías tomar.
— ¿Y ahora?— Susurró la de hebras rubias.
— Uhm... El helado, supongo— Habló nuevamente la morena.
— Bueno, vamos— A la hora de ir, lo hicieron torpemente, tropezando olímpicamente. Al final, decidieron salir chicas de un lado, y chicos del otro.

(...)

— Maldición. Solo tres mesas. Sur, norte y oeste. Y son de dos personas— Se miraron entre sí, incómodos.
— Mejor si los pedimos para llevar... ¿Cierto? —Opcionó algo insegura.— Sería lo indicado. —Se decidió la rubia ante el silencio.
— Si... Se supone. —Le apoyó su castaña amiga, y con un asentimiento de la morena las tres chicas emprendieron camino al mostrador para elegir. Los chicos se acercaron también a elegir.
El primero en salir fue el de la morena, que llegó primero que todos y no esperó ni el saludo para pedir. El segundo y el tercero fueron del castaño ojiazul y el ruloso. El siguiente fue el del moreno, y finalmente la castaña y la rubia. Todos salieron en fila comiendo lentamente para no acabárselos de una.
— Bueno... Hay un parque como a dos cuadras. —Respondió la castaña.— Y como a... cinco o seis más hay un café muy cómodo, amigo de nosotras.
— ¡Ah si! Hace tiempo que no vamos, me pregunto como estarán Ronney y Kevin.
— Supongo que el parque. —Respondió Louis con pereza.— No es tanto por que me de pereza, también implica que el helado se derrita. —Los demás asintieron dándole la razón, mientras que el castaño suspiraba con alivio internamente. « Bien, nadie se dio cuenta. » Pensó.
Caminaron con tranquilidad hacia el parque y se sentaron en la primera banca que vieron.
— ¿Ellie?
— ¿Ah? —Preguntó la susodicha ante el llamado.
— ¿Y tu helado? —La morena rió y señaló su estómago.— ¿YA TE LO ACABASTE? —La chica se hizo un ovillo en su lugar y empezó a reírse con la cabeza hundida, recibiendo un golpe por parte de la rubia.
— Juraría ya haber vivido esto. —Interrumpió el ruloso.
— ¿Un deja vu?
— No sé, supongo. Es como un recuerdo.
— Harry, empiezo a pensar que enloqueces.
— Nah. —Interrumpió la castaña.— Hace un rato yo también pensé lo mismo.
— No sé, yo solo me siento cómoda.
— Hola. —Saludó la morena al sentirse fuera de combate.
— Ven acá, no te sientas así— La abrazó el moreno.
— Si me hubieran dicho hace unos cuantos años que estaría abrazada al que era mi ídolo, no lo hubiera creído— Sonrió la morena, se separó de el. Corrió hasta la casita de el parque. —Chicas como en los viejos tiempos— Después de crecer, todas se volvieron más madura. Pero recaer en los años de la niñez, era lo mejor que ellas podrían hacer. La castaña iba a correr, pero el de rulos la aferró a él.
— Yo no estoy loca, ¡ésto lo he vivido antes!— Afirmó después de separarse de el de rulos. La rubia se dirigió a los columpios, y Louis la siguió. Empezó a columpiarse y cuando estaba lo suficientemente algo, se tiró. Lo mismo hizo Louis, y luego la atacó con cosquillas.
— Déjame, JAJAJA— Reía como una loca — ¡Te voy a m-mear!— Por instinto, el se separó de ella. —Siempre funciona— Se arregló el cabello, y jugó con sus dedos nerviosa.
— ¿Sientes que esto lo haz vivido antes?.— La rubia solo alcanzó a bajar la mirada. — Es por eso, ¿esa es la razón por la que estás nerviosa?.

«¿Es brujo, o, soy muy obvia?» Pensó la rubia.

—¡VAMOS A TIRARNOS COMO EL DÍA QUE LLEGAMOS!— Gritó la morena, llamando la atención de su amiga castaña y de la rubia.
—¡YEI! —Dice la castaña, corriendo a los columpios, donde estaba la rubia ya.
Los chicos solo las miraban mientras se columpiaban entre risas, hasta que llegó el momento de darse el empujón y dar la voltereta, algo que realmente asustó a los tres chicos, ya que no sabían si caerían de pie o no, pero lo lograron.
—Sin duda, no se siente igual... —Dice la rubia, algo melancólica.
—¿Por qué sienten eso? —Las tres se encogieron de hombros.
—Es Psicológico. —Asegura la castaña, sonriendo convencida. Harry ríe, al ver tan adorable gesto.
—Como Liam con las cucharas —Dice el ruloso sonriendo. Todos rieron, incluyendo a las chicas.
—¿Sigue con esa tonta fobia? —Dicen las tres al unísono. Los chicos se miran sonrientes —.Es decir... No es que nos importe, nos da curiosidad... —Balbucean.
—Ahá, claro —Dice Zayn no convencido de nada.
—No nos crean si no quieren, pero en nuestra casa les dejamos en claro T-O-D-O —Recalca la rubia.
—Bueno, no se enojen... —Dice Louis, tratando de aligerar el ambiente.
—Molesta que sigan con eso. ¿No les entra en la cabeza que ya no estamos interesadas en su  estúpida banda? —espeta la castaña furiosa, sin pensar antes de hablar.
Su orgullo la vence, y en vez de admitir que se equivocó, se dio la vuelta, y caminó, alejandose de sus amigas y los tres chicos que alguna vez fueron sus idolos.
—¿Cual es su problema?— Dice Zayn algo ofendido. Ellie y Sara se miran.
—Pues, ella es algo impulsiva... El "Perdón" no se encuentra en su vocabulario muy seguido... —Dice Sara, mientras Harry observaba a la chica que se iba, acomodando su cabello.
Sin decir nada, pasó entre las demás personas discretamente, y fue detrás de la castaña.
— Hey... —Le frenó el de mirada verdosa.— No tienes por qué irte.
— Nunca se mencionó un porqué. Sólo me voy por que quiero. —Respondió la castaña aún furibunda. Su boca se curvó en un gesto molesto, y soltó el agarre del ruloso con desdén.— No me toques.
— No debes enojarte.
— Oh, si debo. Puedo asegurarte que ahora mismo Ellie y Sara sienten lo mismo. Sólo que yo soy más... —Calló ante tanta información. El castaño sonrió suavemente y ella desvió su mirada.
— No tiene nada de malo ser impulsiva o impulsivo.
— Jamás dije algo sobre eso.
— Pero lo insinuaste.
— ¿¡Puedes callarte?! —Chilló volteándose hacia él, frenando su caminata.—No... Yo no soy así....
—Al parecer si lo eres...—Dice Harry, mirándola fijamente.
—No... Esto no me sucede hace mucho... Se que parezco loca, y más de una vez me lo han dicho, pero luego de que me pasa esto todo acaba en desastre... Y yo...—No sigue.
—¿Por qué no quieres decirme nada sobre este tema? O cualquiera que surja cuando hablamos...
—Porque no tienes nada que ver en esto... Yo solo... Me quiero calmar sola...
—Alguien debe estar contigo cuando te calmes. Y como soy el único, quieres hacerlo sola, ¿Cierto?—Cuestiona el ruloso, viendo cada movimiento de la castaña.
—Ya no quiero que nada se arruine a causa mía..—Dice, mirando al suelo, apretando los puños.
—Estoy seguro que no fue nada grave... Si quieres, puedes decírmelo. No para que te aconseje, solo escucharé..—Ella suspira y decide contarlo.
— No sé por qué insistes tanto. —Ella suspira, y se sienta en el delicado pasto, invitándolo con la mirada a hacer lo mismo.— Supongo que fue cuando me separé de mi mejor amigo. Normalmente era muy pegada a él, le contaba todo, él era mi afinación. Le confidenciaba todo, se reía junto a mi siempre, y era él quien normalmente me daba los ánimos de todo. —Ella tragó, sin saber muy bien qué decir.— Un día nos separamos y yo pensé que él volvería a mi como siempre, pero jamás lo hizo. Empecé a independizarme aunque también perdía el control a menudo, algo como ésto. Dicen que la impulsividad, o el poder de dañar todo es una enfermedad incurable. Creo que la última vez que sucedió algo así fue cuando peleé con Ellie. Y ya de eso es mucho. —Ella aspiró sintiéndose más libre a la vez que un brazo la rodeaba.
— Se siente mejor, ¿verdad? —Él le dedica una sonrisa ladeada, y ella no puede evitar sonreírle de igual forma. Asiente y acomoda su cabello.
— Ya deberíamos ir con los demás. —Sugiere ella, con tono dulce y amable. Él le sonríe, y la levanta cual princesa, sorprendiéndola. La castaña se baja, y el  ruloso le da una vuelta casi como el baile más perfecto.— Creí que eran pésimos bailando.
— Y lo somos, solo fue pura suerte. —Responde él, antes de una dulce carcajada. La castaña lo acompaña en su risa y luego se acomoda.
—Y...—Empieza Harry mientras caminaban hacia donde estaban los demás.—¿No volviste a ver a tu mejor amigo?—Ella lo mira sonriendo.
—Creí haberte escuchado que no dirías nada sobre el tema...-Ríe.
—Nunca dije la palabra preguntado...—Aclara. Ambos ríen, ya llegando con los demás, quienes estaban cada uno por su lado.
—No jodas, Malik. ¿Sigues con la puta fobia? Eres una niñita.—Lo molesta Ellie, riéndose.
—¡Ya sé, ya sé! Es tonto, ¿pero que puedo hacer? Me sigue aterrando el agua.—Se encoge de hombros apenado.
—No puedo vivir sabiendo que hay personas ignorantes como tu...—Niega Ellie.
—Aprenderás a nadar en este fin de semana, como que me llamo Eleaneth Perdomo.
—¡¡TE LLAMAS ELLENA!—Grita su amiga Fátima, mientras hablaba con Harry, Louis y Sara.
—Si, seguro, Fatt...—Dice lamentando, como si la castaña fuera la única loca ahí. Todos ríen.—Pues, ¿Que dices?—Se vuelve a Zayn.
—Bien, pero si me muero, los chicos serán testigos que tu me arrastraste al mar, ¿Okay?—Ellie se encoge de hombros.
—Estoy acostumbrada a eso. —Ríen, y Zayn la mira algo asustado. La morena le sonríe suavemente y éste se calma.— Bueno señores, oficialmente...
— Tienes hambre. —Adivina la rubia con una sonrisa.
— Seh, un poco.
— Típico de ti. —Suspira su rubia amiga con una sonrisa.
— Bueeeeeeno. ¿Y de qué me perdí? —Pregunta la castaña animada nuevamente.
— Sara me pegó para que las neuronas funcionaran y al fin pensé algo coherente.
— Nota mental, pegarle a Ellie.
— Ellena. —Recuerda la chica con una sonrisa.
— Creo que soy Ellena. —Sonríe la morena.— Psssssss.
— ¿Si? —Preguntan todos.
— Tengo hambre.
— Estás pero que Niall.
— Neh, ni tanto. Niall no es tan... Yo. —La morena vuelve a subirse a los columpios.— A los maduros se les espera en los columpios. —Dice un poco alto para que se le pueda escuchar, y todos ríen ante aquello.

*En otro lugar*


— No debías seguirme, ¿sabías? —Le dice el rubio a su castaño acompañante.
— Hacía un mal tercio con todos.
— No creo que sean ellas.
— Es increíble que no recuerdes a tus amigas de la infancia.
— No me culpes, fue en el jardín de infantes.
— Yo las recuerdo.
— Te conocí en secundaria, no creo que ellas antes.
— Olvídalo, sólo por que eres rubio.
— ¡Oye!
— Si, si. ¿Crees que ya podemos volver?  —Le pregunta.
— Tu vuelve, lo de Lissie era cierto.
— Debes darles su tiempo.
— Quizás ya se fueron Liam, puedes volver.
— Pero no tengo llave de SU casa.
— No me refería a... ¡Ahí viene, vete, vete, vete, vete!
— ¿Pero qué hago? —Preguntó el castaño siendo empujado por el rubio.
— ¡Al hotel!
— ¿Y si me atacan fans?
— ¡Aquí el inteligente eres tu, no yo, vete ahora!
— Genial, ahora ya no sé donde estoy. —Suspiró el castaño.— Genial, ahora ya no sé donde estoy. —Suspiró el castaño.
— ¿Liam?— Voltea sobre sus talones. Se encuentra con una chica pelirroja de grande ojos azules.
— ¿Lissie?— La chica soltó una sonora carcajada, mientras que en la mirada de el castaño se notaba la confusión.
— Soy su gemela— Abrazó al chico castaño, haciendo que el le devolviera el abrazo.
— ¡Lissa!— Exclamó furtivo el moreno, en sus ojos se notaba un brillo especial.
— Te extrañe— La pelirroja le obsequió un beso sonoro en la mejilla.
— Lissa... Me perdí— La más dulce y ruidosa carcajada que el moreno ha escuchado, la emitía la chica de la cual estaba enamorado desde el jardín de infantes.
— Te acompaño, ¿dónde te estás quedando?— La ojiazul lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos.
— En el hotel Ryuside Chopper— Emprendieron el camino hasta llegar en el lugar ya mencionado. Sus manos entrelazadas, bajo la luz de la luna, y unos arbustos andantes los acompañaban. Monos con cámaras, eso eran los hermosos arbustos andantes.

*Otra vez con los chicos.*

Después de una jornada de rondas, tratadas de quien llegará más alto en los columpios. Salieron en busca de comida, al final decidieron ir al hotel, ya que estaban cerca. Allí pedirían comida.
— BAJO LA MISMA ESTRELLA— Llevaban así más de media hora, discutiendo por la película que verían.
— ¡QUÉ NO!— Declararon los chicos, se detuvieron en un gran hotel cinco estrellas. Muchos paparazzis se movían intranquilos, atendiendo llamadas y preparándose para las fotos. Al otro extremo venían Niall y Lissie.
— No podemos hacer nada, arriesguen todo, o no pasen— Comentó Louis, era cierto. Las chicas recibirían insultos, como alagos. Sin más pasaron, primero Harry con Fatty. Ella era claustrofobica, y bueno estar en un lugar cerrado y con flashes no es bonito. Luego Lissie y Niall. Louis y Zayn, y más atrás Ellie y Sara, las cuales modelaron para la cámara sus dedos corazones.
— No tenían que hacer eso— Regaño el castaño de rulos.
— Ahora... Vendrá lo bueno— Al entrar en la habitación vieron al castaño, con una chica idéntica a Lissie. El castaño atendía una llamada, y miraba como un padre le descubriría que tenía novio a su hija.
—¿¡SE DAN CUENTA A LA HORA QUE REGRESAN?— Grita Liam, como un padre muy estricto. Las chicas ríen, juntas, mientras la castaña seguía tratando de recuperar el aire.— ¿Y USTEDES QUÉ? ¡TAMBIÉN VIENEN TARDE!— Les dice, mientras Lissa reía, y se quedaba helada seguidamente, al ver a su gemela.
— No es culpa de ellas, Liam. —Defiende Zayn.
—Si... No te molesta...— Dice Fátima recuperando el aire— Aquí alguien trata de no morir...—Harry y Ellie la aydaban a recuperarse, y Liam se acercó preocupado.
—¿Que te sucedió?—Dicr ahora preocupado. Ella lo mira, obvia.
— Es claustrofóbica...— Responde la rubia, por su amiga.
— ¿Y LA TRAJERON A TRAVÉS DE LOS MONOS?—Vuelve a gritar Liam. Todos cierran los ojos, y las gemelas se quedan mirandose.
— Disculpa señor Papá, ¡PERO ELLA AUN SIGUE EN ESE ESTADO! —Le gritó la morena apartando al castaño con el pie y acomodándola con ayuda de Harry en la cama.
— ¡No grites!
— ¡No estás en posición de hablar! —La morena suspira.— Así no arreglamos nada.
— Liam, la trajimos por allí por que era el camino más rápido y todo el edificio está rodeado. —Explica la rubia ayudando a la morena a calmar a la castaña.
— Así, mira: Afus, afus, afus. ¿Entiendes? —Se podía oír a la morena dar instrucciones estúpidas.
— Pudieron haber llamado.
— ¡E-Eleaneth, sé... Sé como res... Respirar maldita sea! —Regaña la castaña.
— Aún si hubiésemos llamado no hubiese solucionado nada. No falta mucho para que ella se calme. Ya ha pasado antes. —Atrás de la rubia que discutía con Liam, se podía observar como la morena aún trataba de aliviar a la castaña.
— ¡H... Hey, ustedes los... Sabiondos! ¿¡Interrumpo?! —Ellos voltean.— Sara, ¡aún estoy en peligro, ¿sabes?!
— Bien voy, voy. De casualidad, ¿no tendrán un inhalador?
— No...
— Bueno, ya vuelvo, denme 5. —Todos miraron sorprendidos a la pelirroja.
— ¿A dónde vas? —Preguntaron todos desconcertados. La pelirroja sonrió con seguridad y contestó.—
— En 5 minutos estoy aquí de vuelta. —Repitió ella. Se miraron entre sí al ver salir a la pelirroja.
— ¿Debería confiar en tu hermana? —Le preguntó la morena a Lissie, al reaccionar de la acción de Lissa.
— Creo que va a la farmacia que está al lado.
— ¿Puedes aguantar cinco minutos, Fatt? No olvides respirar.
— ¿¡A quién s...se le puede o...olvidar como r...respirar, tarada?!
— Uno nunca sabe, señorita. La enferma acá eres tu, cierra la boca.
— Chicas, es tarde. Tengo sueño— Dijo en un bostezo la rubia.
— ¡Fatt se anda muriendo, y tu solo piensas en el sueño!— La morena le pegó un codazo en el estómago.
— ¡El inhalador!— La pelirroja subió las escaleras con un pequeño inhalador. —Tuve que coquetearle al señor barrigudo de la tienda. Ya estaba cerrando— El castaño la fulminaba con la mirada.
— Viejo bastardo— Susurró Liam.
— ¿Qué dijiste?— Dijeron al unísono. Otro bostezo se escuchó en el lugar, por parte de la rubia. E igual muchos suspiros. Cuando la castaña de ojos claros se recuperó. Liam exigió que se quedaran, y así lo hicieron. Unas durmieron en poof, otras en camas, y otras en sofás. Contando que las gemelas también se quedaron.

Al día siguiente, como era de esperarse, todos amanecieron en distintos lugares de los que dormirían. Sara estaba en el sofá recostada con la cabeza de Louis en sus piernas, Ellie con Zayn en dos poofs ya que habian hablado toda la noche, Fatt y Harry acostados en la cama porque miraron videos de Youtubers, Liam y Lissa toda la noche se miraron nerviosos y avergonzados, y eso hizo que Lissie y Niall no puedan dormir juntos, como hubieran preferido.
—¿Hasta que hora nos quedamos anoche?— pregunta Sara, moviendo a Louis.
—¿DONDE ESTOY?-se despierta Ellie abruptamente, casi tirando a Zayn, quien se despertaba con los movimientos de la morena.
—No salimos a bailar y me duele la cabeza...— la morena se empieza a despabilar, y junto a ella se despierta Harry, que al ver a la castaña sentada en la cama, se apoya en el hombro de esta y cierra sus ojos.— No te duermas, bobo...— dice riendo. Harry sigue con los ojos cerrados.
—¿Quieren ir a desayunar?— pregunta Louis, algo despierto.
— Me encanta la idea. —Dijeron Niall y Ellie a coro.
— Podrías ser más cuidadosa. —Se quejó Zayn en el suelo, luego de ser despertado de manera brusca. Ellie soltó una risita, y asintió.
— Si, lo siento. —Se disculpó aún riendo.
— ¿Ustedes tienen dinero? —Preguntó Sara. Todos se miraron entre sí.— No jodan, son famosos, tienen que tener por que sí.
— Tenemos dólares, hace mucho no nos pagan con Euros.
— Pues vayan a cambiar el dinero, tengo hambre.
— Yo también tengo. —Ellie se levantó con la camisa un poco subida llamando la atención de Zayn, se la bajó instantáneamente y se acercó a Niall y lo abrazó de lado. Es decir, pasó el brazo derecho por su hombro pasando al derecho y su mano izquierda la dejo en el hombro izquierdo.— Éstas dos adorables almas necesitan comer. —Dijo ella.— Haz cara de cachorrito, tarado. ¿Como los vas a convencer si no? —Todos rieron y ella se levantó, yendo al pequeño refrigerador por una botella de agua.
— Dame. —Pidió la rubia. La morena tapó la botellita luego de beber y se la tiró a la rubia con una consistencia suficiente, llegando a la rubia que lo atrapó con facilidad.
— Insisto, tengo hambre. —Habló el rubio, consiguiendo apoyo mediante un asentimiendo de la morena a su lado.
— La verdad yo también tengo. —Admitió la castaña luego de estirarse, sacando un poco de culo, que sin pensar, Harry miró.
— Conocemos un lugar, buena comida, lugar perfecto. —Sugirió la rubia.
— No quiero taquitos, Sara.
— Yo no decía los taquitos... Decía los burritos.
— ¡Es casi lo mismo! —Apoyó la castaña.
— Ya sé, vayamos a buscar algún sitio, y como Ellie ya ha pasado en todos podremos saber cuando encontremos uno de calidad.
— Sabes que tengo tan mala memoria como Dori, ¿no? —La castaña asintió ante la advertencia.— Bueno, esto es un nuevo paso. Usualmente pasa esto con Sara, no con Fatt.
— Me la juego. No me decepciones, culona menor. —La morena entrecierra los ojos, fulminandola.
— ¡Es Ellena! ¡Digo, Eleaneth!
— ¡ELLENA! —Chilló, la castaña haciendo reír a todos.
— ¡Eleaneth!— Sus palabras chocaron unas con otras, haciendo un coro chillón.
— Culón— Gritó la rubia. — ¿Me haces caballito?— Lanzó una cara muy tierna. Louis suspiró, mientras se agachaba, la rubia le saltó. Tratando de no perder el equilibrio caminaba. Cuando volteó la rubia todos llevaban encima a "su conquista".
— Carrera de caballos— Dijeron al unísono los chicos. Mientras que a las chicas se les dibujó una sonrisa de malicia. Liam y Lissie bajaron primero las escaleras. Atrás venía Zayn y Ellie. Luego venía Louis y Sara. Y de últimos Harry y Fatt, y a Niall casi se le cae Lissie.
— Primero me caigo yo, Lissie— Comentó el rubio. Haciendo que a la pelirroja, le aumentará su seguridad.
— ¡GANAMOS!— Festejaron el ruloso y la castaña. Atrás venía Louis y Sara.
— ¿¡Cómo llegaron tan rápido, mierda!?— Tomaban aire, inhalaban y exhalaban.
— Atajos— Contestó la castaña.
— ¿El ascensor?— Los dos castaños asintieron.
— ¡Eso es trampa!— Exclamó enojada la rubia.
—Como una vieja amiga siempre decía: Es Ganar con Estilo—la rubia y la morena miran a su amiga castaña sonriendo.—¿Que sucede...?—pregunta el ruloso.
—Es que...—dice la castaña sorprendida. —Yo de niña siempre decía eso, y pues... —ríe con vergüenza.— lo recordé.
Niall y Liam se miraron enseguida, recordando la charla que habían tenido de ida a la casa de Lissa y Lissie.
—¿Pasó algo, chicos?—pregunta la morena, observadora.
—¿Eh? No, nada, solo que estabamos pensando en ustedes de pequeñas antes...—todos miran raro al rubio, ante tal excusa.
—Ahm... ¿Okay...?
—Always—responde Harry a lo que había dicho la castaña, y esta ríe.
—Always era de Isaac y Monica, y Okay era de Hazel y Gus. Dios, necesitas clases de literatura—le dice la castaña riendo.
—Ella es genial para eso. Es una traga-libros—dice la rubia, y recibe una mala mirada de su amiga.
—¿Porqué me dicen así? Me gusta leer, es todo—dice la castaña soltando una risa.
—Bajale a tu pedo, Sara—salta la morena, y los nueve restantes ríen.
— Relaja la pelvis, Ellie— Se defiende la rubia.
Luego de un rato llegaron al restaurante. Era la hora del almuerzo, ya que la de el desayuno se la pasaron charlando de tonterías. Luego de pedir, tres chicos. Uno rubio, uno azabache, y uno castaño se acercaron.
— ¿Sería de su agrado venir un momento señoritas?— El castaño habló, se dirigió a las dos castañas, y a la rubia. Las dos castañas no dudaron ni un segundo en pararse, la rubia lo ponía en duda gracias a su inseguridad. La morena la agarró de la manga de su camiseta y la acercó a los chicos, los cuales se habían sentado en otra mesa.
— ¿Qué se les ofrece?— Habló Fátima.
— Contestar a una pregunta— Respondió el rubio, mirándola fijamente. El azabache solo miraba a la rubia. Mientras que el castaño solo tenía ojos para la morena.
— ¿Por qué deberíamos?— Preguntó la castaña. La rubia solo agachó la mirada.
— Porque no queremos cortejar a chicas que tienen novios— Respondió el azabache con un toque juguetón en su voz. La rubia decidida alzó la cabeza y se rió.
— Apuesto que haces esto con la primera que se te cruza— Un toque de frialdad se notó en la voz de la rubia.
— Oh vamos muñeca. No juegues con fuego te vas a quemar— La rubia se sentó en las piernas del azabache. Gracias a Dios, que el restaurante estaba totalmente vació. Solo habitado por ellos. Al hacer eso, Louis se levantó furioso. Pero la morena lo detuvo, jamás había visto a su amiga así. Un estremecimiento y un grito ahogado fue lo que emitió el chico. Al tener clavada la rodilla de la rubia en su parte. Todos quedaron estupefactos.
— ¿Ustedes qué?— Preguntó la morena. — Larguense si no quieren una buena patada en el culo— Los chicos se levantaron de inmediato. Cuando las tres chicas llegaban a la mesa, se escucharon aplausos. Aunque Louis se encontraba sereno.
—No se si aplaudirles, o golpearlas...— dice Liam, autoritario.
—Tendria que pararme arriba de la mesa y que me aplaudan...— dice la morena, a punto de subirse, pero la castaña la toma por los hombros, y la frena.
— No amiga, no...— ríen.—¿Podríamos irnos...?— pregunta, algo intimidada por la mirada de un amigo del azcabeche, tal como la mirada del rubio a la morena.
— Claro— dicen Harry y Zayn al unísono al ver a las chicas algo intimidadas.
— ¿Estás bien? Sara está pasada de emoción...— ríe Louis, mirando a la rubia.
— ¡Fue genial! Nunca había hecho algo así! —se entuciasma.
— Relaja las tetas, culona— dice la castaña, tomando a su amiga rubia por los hombros.
— Si, es verdad... Mucha adrenalina...—suspira.
— Bueno, ahora que la Saris se calmó, deberíamos dar un paseo. —Propone la castaña terminando de comer.
— ¡No soy televisor para que me miren tanto! —Gritó la morena sacando el dedo medio a medida de que salían por la puerta. Ellos tenían cara de ofendidos y orgullo roto. La morena empezó a reír al salir del lugar.— Hey, negro, hazme caballito. —Él la miró con cara de "Hay no quiero", pero la morena hizo puchero, consiguiendo su ansiado caballito.— ¿Y a dónde vamos?
— Ellena, cuando uno dice: "Vayamos a dar un paseo", se refiere a un picnic, y dado el caso de que acabamos de comer, es que vayamos al parque. —La morena se recostó en el hombro de Zayn, calmada.— ¿Entendist...?
— ¡Ya sé! —Gritó bajándose del moreno de forma brusca, y causándole un ataque al corazón con su grito.
— ¿Ya sabes qué? —Preguntaron los demás.
— Pues a dónde ir.
— ¿Y dónde es eso?
— ¡Un parque de diversiones! O no... Se me acaba de ocurrir... —Una pequeña risilla se le escapó.— ¡Senderos Aéreos!
— ¡NI DE COÑA! —Negaron sus dos amigas.
— Oh vamos, tienen que admitir que eso había sido realmente divertido.
— Relaja la maja, culona. Allí no vamos otra vez.
— ¿Por qué? Fue muy divertido.
— Divertida soy yo.  ¡No esa mierda del mal!